So, in recent days I just had a videocall with this person. The recipient of this love letter, I was telling her that for me is very weird how some people come into your life and you immediately feel like there is a connection, and pure love pores out for someone that you just have meet. That is the case with this person and this love letter comes to her on the day of her bday as a little present, since I cannot give her the hug and kiss I’d love to give her on her day! So here it is, from the bottom of my heart to you… TAMMY, MY SWEET TAMIFLU:
I think love comes from a place of gratitude, and this is one of the strongest feelings I have for you, GRATITUDE, for showing me so many things about yourself that are a reflection of the person I aspire to be.
Your soft approach to life has tough me that there is no need to scream and shout to be heard, though is one of the things that is very hard for me to change, I aspire to just flow the way you do with your own very beautiful and straight up voice.
The way that you have learned to hear your own body and have manage to even teach it what’s best for your mental and physical state and manifest it is so inspiring, YOU ARE SO INSPIRING!
Tammy, you are the strongest, most beautiful, compassionate, BRAVE, smart, witty human been I’ve ever meet, I’m so very much in love with you, you know it, I’ve told you this so many times. And let’s remind all of the people that you might share this love letter with… our love is not romantic! Tammy and I love each others souls, we see in one another the compliments that we as whole need to remind ourselves of how incredible as individuals we are.
I’ve learned so very much from you, and every single time we have spent together is absolutely magical and sometimes is so, so, soooooo very simple!, just closing our eyes together on the top of a hill, or look at a beautiful road and share the beauty of it with a touch of magic that only 2 soulmates like you and I could share. Laughing is our specialty, we laugh at all kinds of stupid stuff: our very, veeery different taste of men, our very, veeeery diferent way of eating, driving, going trough life, but those exact things are the ones that spice up our time together, it is so much fun, so intricate, and yet so simple, so easy.
I have to thank you for your patience, for your always lovely advise, that reminds me that there’s nothing more important that my own peace of mind, thank you for showing me the forgotten beauty of my country and for loving it so very much, thank you for the time shared, the camping tips, the reminders of the gifts that solitude brings you and for showing me that I am important, I am loved, and that FUCK THAT GUY! that comes along with it from time to time. Thank you for your braveness, for your love to your family, for pursuing your dreams, for recognizing the limits of your knowledge and for asking for help with this humbleness that characterizes you.
Tammy this is just a reminder of all the magnificent things you are and that I aspire to be. When I grow up, I would love to be half of the person you are. Remember your power, your beauty, your braveness, your humbleness, your true self always.
Soulmates come in the form of friends too, it’s not just about romance sometimes is your best friend who makes you feel whole and who understands you the most when the rest of the world doesn’t understand you at all.
Que difícil! qué difícil desearte unos felices 40 cuando ya no estás aquí. El pachangón que se iba a armar, los planes de irnos a Disney con Anel y el Frijolito, todo lo que habíamos planeado para este año se esfumó en una semana.
Una llamada, una enfermedad inesperada y en una semana, te esfumaste y te llevaste contigo todos los planes que teníamos para el futuro, la empresa, los viajes, el crecimiento, la chingada ABUNDANCIA de la que hablábamos cada quincena.
Estoy muy enojada contigo, pero también profundamente agradecida por la absoluta confianza que depositaste en mi a ojos cerrados para dejarme trabajar desde casa, para no llamarme nunca con presión alguna, porque me lo dijiste mil veces, tal vez no con palabras, sino con acciones, que confiabas ciegamente en mis procesos y me dejaste ser libre y hacer de nuestra chamba una en la que ambos estuviéramos tranquilos siempre y cuando hubiera resultados.
Lo último que te dije aún resuena. «No puedes dejar a tu esposa e hijo solos por una pendejada» ese miércoles no me imaginé que el sábado ya no estarías. Aún no me cabe en la cabeza tu ausencia, el ya no recibir tus fotos con nombres raros que te ponían en el Starbucks, tu acento cubano cuando me marcabas por teléfono -Aló!!, aaaaaaloooo, Mono, aló!, desde qué parte del mundo te conectas Mono, aló!.
Estoy enojada, estoy triste, estoy sorprendida. Me parece increíble lo que pasó y que tal cual pasa en las películas, la noticia de tu partida siguió de un zumbido en mis oídos que me dejó sorda por segundos… QUÉ?!?! NO! no es cierto!!! Aún no lo creo, te me vienes a la cabeza, veo tus fotos, no lo entiendo.
Eliot, no sabes el gigantesco espacio que tenías en mi vida, ahora te lo digo, tu ausencia duele muchísimo, desde aquí hasta donde estés amigo, socio, hermano, sé que estás tranquilo y en paz, porque tuviste a bien en decírmelo en ese sueño al día siguiente que te fuiste, tendré cuidado, tal y como me lo pediste también ahí y como te lo prometí, tu familia, tanto la de de la empresa, como Anel y Bernardo siempre podrán contar conmigo, para lo que sea, así como tú supiste siempre que podías contar conmigo.
Feliz cumpleaños cabrón, donde quiera que estés, te mando un abrazo.
Aló, Eliot… de qué parte del universo te conectas? Porque te extraño hermano. Felices 40!
Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuentias de un hecho realizado libremente.
Cargo u oblicación morel que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado
Llevo ya muchísimo tiempo tratando de escribir esta entrada, no sabía como hacerlo porque iba a recaer sobre mi una responsabilidad que no estaba lista para adquirir, la entrada fue morfando con el paso de los días, las semanas y los meses y dejé de lado la responsabilidad de la que me hice acreedora hasta olvidarme del tema.
En noviembre pasado y luego de mucho tiempo sintiendo el llamado de la medicina logré encontrar un lugar en el que me sentí lo suficientemente cómoda para tomarla. Estoy hablando de la ayahuasca.
Sé que la gente que convive conmigo se imagina que soy una persona muy valiente y que me aviento a la vida sin miedos, pero no hay percepción más errónea de mi que esa. Soy alguien que se debate entre miedos todos los días, TODOS LOS DÍAS, pero no me paralizan, simplemente los trabajo a diario y hago lo mejor que puedo para sobrellevarlos y a veces superarlos.
La medicina, la abuelita, la ayahuasca se me manifestaba en muchas formas, oía hablar de ella en todos lados, en todos los documentales, en todas la conversaciones, con todas las personas hasta que dije. OK! te voy a escuchar! pero toma nota… Tengo miedo, tengo miedo de quedarme en el viaje, que con la personalidad tan intensa que tengo me pase algo que no pueda controlar, que me dejen ahí tirada en el bosque o ahogada en la playa, o que se yo. Si quieres que te tome, ponme a las personas correctas en el camino y lo haré.
Y así empecé yo también a poner de mi parte, hablé con una amiga para vernos para mi cumpleaños y hacerlo juntas porque ella también escuchaba el llamado de la medicina, luego de esa llamada una pandemia colapsó al mundo durante casi dos años. Adiós medicina, adiós ayahuasca. Pero la abuelita es insistente, no te suelta, no te deja, te va guiando por el camino hasta que la tienes en frente y tienes que presentarte con ella. Y así fue como llegue a Watika.
Cuando hablé por teléfono con uno de los facilitadores me habló del Método Watika, un compromiso de un mes previo a la toma de la medicina, que incluía ayuda psicológica, bio descodificación, yoga, meditaciones, ayunos, dieta, llamadas, música, contención, previa, durante y después de la medicina, me habló del conocimiento de todos los facilitadores, de su filosofía, de su caminar y creció en mi una infinita confianza, tomé la responsabilidad de hacer esto sin saltarme ni un día del proyecto, cumpliendo con todas las tareas, haciendo todas la entrevistas, cuestionándome todo y a todo, llevando el proceso de principio a fin con total y completo compromiso, todo ello sobre todo, porque sabía que solo así sentiría un poco de control sobre lo que pasaría el día de la toma, pensando que siendo responsable mi viaje sería el mejor posible.
Pero hice otro compromiso más. Mi viaje sería solo mío, porque solo yo he tenido las vivencias que he tenido, las carencias, el amor, la desolación, las dudas, las respuestas, el deseo y todas las emociones que existen en todos los aspectos y espectros, así que esta entrada no te va a contar cómo fue mi experiencia con la medicina, esa fue solo mía, sólo para mi entendimiento, para mi viaje, para mi sola. Mi experiencia puede sesgar la tuya, si es que tienes el deseo de contactar con la medicina. Esta entrada habla de lo que pasó después de haberla tomado y lo fácil que fue entonces decidir que si alguien más me ofrecía otra medicina y me preparaba medianamente bien todo iría bien, porque yo puedo hacerme cargo de mi cuerpo y de mis emociones sin ningún problema. Que equivocada estaba.
Todas las medicinas ancestrales, todo lo que nos ofrece la madre tierra viene con una enorme etiqueta que podemos o no leer TÓMESE BAJO SU PROPIO RIESGO.
Cuando el Bufo llegó a mi puerta me encontraba enojada, MUY enojada, pero la ayahuasca me había enseñado a entender de donde vienen mis emociones, como trasmutarlas, como entenderlas y de ahí trabajar con ellas, así que se me hizo fácil llegar con un completo desconocido a hacer la medicina más ponente de todas. EL SAPO.
Mi viaje tampoco es para compartirlo con ustedes, el entendimiento y lo que me dio El Sapo fue solo mío y fue perfecto, pero como toda buena medicina viene con una ENORME cantidad de información que sin una preparación previa, durante y posterior a la toma puede resultar contraproducente.
LO QUE PASÓ:
Hay dos grandes diferencias por supuesto entre ambas medicinas, pero todas te dan lo que necesitas trabajar, te abren caminos que tal vez no estés dispuesto a transitar, pero si hay una contención, repito: antes, durante y después, lo más probable es que tu experiencia termine siendo, no mala, sino, todo lo contrario a lo que esperabas.
Existe una ENORME, GIGANTESCA responsabilidad que se adquiere al tomar estas medicinas, pero una mayor responsabilidad por parte de las personas que las facilitan. Debemos saber el linaje de quien trabaja con nosotros, cómo llegaron a saber lo que saben, por qué están en este camino, cómo va a ser el proceso y por qué, que nos resuelvan todas nuestras dudas, que les investiguemos, que sepamos a groso modo lo que estaremos experimentado y como no lo hemos experimentado antes QUÉ DIABLOS SIGNIFICA!!!???.
La medicina no es un juego, se nos puede ir la vida en ello y esa es una responsabilidad de la que no podemos escapar. Entre más sepamos, entre más trabajemos, entre más investiguemos y pidamos referencias al respecto podremos tener una mejor experiencia.
Seamos responsables de todo lo que ponemos en nuestro cuerpo. Por que si no lo hacemos tendremos que vivir con las consecuencias… para siempre, para bien y para mal.
I visited Cozumel recently, and on one of the happiest days there, I met a couple in the pool area. The man was in a wheelchair, and his wife was an expert at putting him in the pool. I could tell from the look on his face that the lightness of his body in the water was soothing. He looked happy being out of the chair. I felt a little guilty, watching the woman struggle getting her husband in the pool, but she looked strong and determined. When she was about to get back to her poolside seat, I spoke to her and confessed, “I’m sorry I didn’t help you. I didn’t know if it was appropriate to ask.” She turned around and said to me, “Oh, don’t worry about it. We’re all set here. Thank you for asking now.” Then what happened surprised me.
She introduced herself as Lucinda, and her husband was Bill. “Short for William,” she said with a big smile on her face. She then proceeded to tell me the story of her life. Her warm, comforting voice had me craving to know more about her. It was about 4 or so when we started talking, and I returned to my room close to 9. I had such a blast hearing her story and falling in love with it.
Lucinda told me Bill was a veteran, and she believes what caused the breast cancer she had and later on Bill’s progressive, paralyzing disease was his exposure to a nuclear warhead he had to work around when he was deployed to the Gulf War. She told me how they met, about her beautiful children and grandchildren, and even about her German daughter-in-law. She talked about how happy she was about life in general, despite all the losses and the continued deterioration of Bill’s health. “He lost control of his right side this year, you know,” she told me. It broke my heart to hear her talking about this. But then we talked about being thankful, about how happy I was to see him walking around the pool, and how he made me feel grateful for all the blessings in my life: the ability to walk, to move around at will, to have my health.
Then Lucinda moved on to the amazing story of why she and Bill were in Cozumel. It turns out that Bill belongs to a diving club, and he was traveling with a group of people who have all kinds of injuries that cause them to be in wheelchairs, as well as people with cerebral palsy. Right when we were talking about this and how they all actually dive, two people from the group joined us, both of them in their late 20s or early 30s. They openly talked about their injuries. The man happened to trip once – as Bill stated, “a bad trip” – landing in the wrong place at the wrong time, and that was it – he dislocated spinal discs C6 and C7. He showed us the huge scar that runs from the base of his head nearly all the way down to his shoulder blades. He lost feeling from the area around his nipples all the way down his body. The woman had simply jumped into a pool and smashed her head on the bottom or side of the pool. She said she doesn’t entirely recall the incident because she lost consciousness and almost drowned. When she woke up, she learned she had smashed her C6 and C7 beyond repair. Her scar runs from the middle of her throat to the base of her ear. The surgeons lifted all that skin and removed the pieces of bone that were floating around. “I really smashed it good,” she said with a smiling face.
They were so open and kind, talking about their injuries, their group, their constant, CONSTANT pain, and how diving helps them release the pressure in their spine. They especially described the freedom they feel in the water and also explained that they dive with a partner who has full movement and is usually very experienced. The professional diver takes them around, helps them move around, and shows them where there is good stuff to watch. The diver is their guide, their legs, their propellers. I had never felt more humble, being around such wonderful people. I had never felt more appreciative of the multitude of blessings I have in my life. We laughed together as they recounted their stories, and above all, I learned so much. They were so eager to share.
When the others left, Lucinda and I kept talking. I told her that she was a goddess, and she was surprised. She said, “OH, NO! No, no. I believe in God, and there is only one God.” I told her that I didn’t mean it like that, but that she is taking care of this man with whom she’s deeply in love, she survived cancer, she’s been the head of a household all by herself. I told her I noticed that she smiled every single time Bill would come around the corner of the little island he was walking around in the pool to tell us, “One more round!” with a huge smile of his own and the best attitude possible. I could feel the enormity and warmth of their hearts. Bill was teasing me, saying I have a man in every port, but saying he was a hopeless romantic who fell in love with Lucinda the second he saw her pass by. “I didn’t care if she was married, a widow, had one baby or seven. That was it for me, Mono. She was for me.”
There is no way that I won’t keep in touch with this amazing couple. You know how you just kind of love and admire some people immediately? That’s what happened to me with these two. They gave me an open invitation to visit them, which of course I will do because I can’t wait to see them again and share our life stories once again.
When I said goodbye that day, Lucinda said to me, “Please say hi to your parents from me. They have raised an amazing daughter,” and Bill blew me a kiss.
Es muy curioso como encuentro la simbología en las cosas cuando miro atrás y analizo con calma y es muy curioso también cómo la inspiración llega a las 3:29 de la mañana a pesar del silencio sepulcral que ya va a cumplir casi una semana.
Me esforcé! En no encontrar de nuevo simbolismos y repetición de ciclos, no había puesto mucha atención cuando me fui a Canadá aquella vez, pero puede que también en medio del viaje llegara un mensaje, igual que llegó en Japón en aquella litera que decía «I don’t love you anymore» igual que llegó en España con ese cuaderno que decía «I believe I was a great love novel in a past life»… pero ya no en esta, verdad?
Una última noche juntos, compartir el miedo de que vuelva a suceder, pedirle al universo que no sea así y mágicamente, desaparezco. Me aferro, me esfuerzo, escribo, comparto a diario, quiero que seas parte, te empujo para que lo seas, te siento aferrándote a esta historia, pero algo pasa, lo que siempre pasa, te sueltas.
Qué pasó? si yo supiera lo que pasa, no lo sé, no sé si las cosas serían diferentes pero algo pasa que aún no termino de entender, será la distancia? será el trabajo? será el estar con alguien más que borra todo lo demás? que borra las risas que nos hacen llorar, que borra esos abrazos que pueden durar horas, que borra todas las lagrimas de felicidad compartidas, que borra todas las cartas que al final si pudiste leer, que borran esos besos que sacan chispas, que borran ese sexo que parece de novela erótica, que borran esas noches platicando sin dormir ni un instante, que borran todas esas caricias eternas, que borran esa laguna, esa vía láctea, esa magia compartida y manifiesta? QUÉ PASÓ?
Todo se borró… TODO.
De este lado que pasó? Una persona esperó que se rompiera el ciclo, que cuando me sintiera desaparecer, todo eso que pasó en este último periodo regresara a tus recuerdos, te tocara como lo hace conmigo e hicieras el esfuerzo conjunto de seguir. No pasó, el afán de mi parte fue enorme, para no insistir, para no forzar, para no hacer algo de lo que me fuera arrepentir después. No fui prioridad, no soy prioridad, ni lo voy a ser en el futuro, cómo lo sé?: tuve un accidente, sabes quién fue la primer persona en enterarse? TÚ. Sabes quién fue la única persona que no mostró el menor interés en ello… TÚ, pasaron horas, me llamaron tantas personas, le dieron seguimiento todavía más, aguanté, el no poder respirar, el moretón gigante en las costillas, en las piernas, en los brazos, las botas rotas, la chamarra chamuscada, no dije nada. Aguanté. Me dolió más tu indiferencia que el golpe, mientras todos querían ver fotos del golpe, de la moto, saber cómo ayudaban tú solo escuchaste que alguien más ya había apoyado y desapareciste. Ahí está la razón de todo, tu indiferencia, tu falta de interés mermó mi interés. Merezco algo mejor. Pero aguanta, tal vez es el horario, llega a la siguiente etapa y tal vez ahí la cosa pueda cambiar.
Llegar a México y saber que tampoco hay el más mínimo deseo de escucharme. Ni saber cómo estoy, mientras tanto las llamadas del resto de la gente se dirigen a la siguiente etapa del viaje, la más difícil, la más demandante, mientras tanto, el cuerpo va acumulando toda la tristeza, todo el dolor. Llegar a Veracruz no fue difícil, fue un rush de adrenalina de 6 horas que acabó conmigo tumbada en una cama a las 9 de la noche caminando como zombie sin saber qué pedo con la vida. Esperándote.
Son las 6 de la mañana, ya vamos de camino al malecón, fotos, emoción, nervios, me asomo al mar y comienzo a llorar, estoy muerta de miedo, quisiera que estuvieras ahí, carajo estás ahí! pero sé que este es el último viaje en el que me vas a acompañar, el sol está saliendo así como estás saliendo de mi vida, levanto los brazos y lo único que me sale es lo de siempre lml_ por última vez.
No me lo esperaba, pero Clo me toma del hombro, me ve directamente a los ojos, -TÚ PUEDES CON ESTO, ES DIFÍCIL, VA A COSTARTE TRABAJO, PERO HAS PODIDO CON COSAS MUCHO MÁS DIFÍCILES QUE ESTA, Y AQUÍ ESTOY YO, AQUÍ ESTAMOS TODOS, TÚ PUEDES- contengo las lágrimas y ahí estás, apareces por un instante, el temblor de las manos y de las piernas desaparece «ánimo» me dices, y luego te vas. Me subo a la moto y vienes conmigo en el viaje más difícil de todos, 13 horas, (las mismas de un vuelo a Japón curiosamente) pensándote, acompañándome, en cada caseta en la que sentía desmayarme, en cada subidón de adrenalina por las curvas a 140km/h, en los momentos en los que quería llorar pero no podía porque tenía que guardar cuanto líquido me fuera posible para evitar deshidratarme, en la comida de teques… porque teques, en el hermoso atardecer, en todo momento, traté de retenerte, me esforcé por llevarte conmigo. Llegamos a la foto a la playa, te sentí irte, era momento de dejarte ir, no querías estar conmigo. Para este viaje ya no. Y mi cuerpo se rindió. Te sentí partir, sentí que ya no querías compartir, la goma mágica había borrado todo, de nuevo, esta vez para siempre. Lo supe y me sentí morir, literalmente.
Tu silencio me dice absolutamente todo, la decisión a la que has llegado, las prioridades en tu vida, lo que quieres, tu actitud habla más que mil palabras, ya no estás, ya no vas a estar.
No importa lo que diga, lo que haga, lo que pase… no es suficiente.
Hace un par de días, mi Papá mandó al chat familiar la imagen de un niño japonés durante la segunda guerra mundial esperando su turno para cremar a su pequeño hermano muerto. En la imagen reza la historia de la foto, en la que el niño mordía tan fuertemente su labio para no llorar que le sangraban las comisuras de los labios. Palabras más, palabras menos, la imagen hasta hoy en día es símbolo en Japón de fuerza, y a la foto le acompaña un texto que dice así:
«Que esta foto sirva de ejemplo para los pequeñitos modernos que sufren por palabras, que creen que el mundo se terminó porque la novia deshonrada le cambio por otro. Niños que dicen sufrir de depresión y se cortan con láminas (que supongo son navajas) en sus habitaciones, haciendo que sus padres lloren de disgusto por los chantajes emocionales. Maduren!!! Vayan hombres, el mundo se está jodiendo por sus traumas. Su única alternativa es ser fuerte en este mundo…»
Me dio muchísima pena, y no fue el pequeño que en la foto trae cargando a su hermano a cuestas, obviamente sin vida, me dio pena mi padre, mi hermano. Este par de hombres a los que se les dijo C O N T I N U A M E N T E y a lo largo de su vida que llorar «no es de hombres» que sentir «es solo para las mujeres». Este tipo de roles de género a creado una sociedad que no quiere pretende aceptar, no solo que los hombres lloren, sino que exista equidad en nuestros géneros, tampoco permite o juzga que exista más de un género, que juzga y que limita nuestro entendimiento del amor, de la familia, de nuestro rol en la sociedad. Que castiga y estigmatiza a quien se ve diferente, que nos pone etiquetas por permitirnos vivir en libertad el amor, el sexo, carajo, hasta los deportes!!!
El llorar, no le quita su hombría a mi padre, ni a mi hermano ni a ningún hombre sobre la faz de la tierra, sin embargo se les ha dicho que sí, y qué es lo que pasa con toda esa energía que se acumula cuando no podemos llorar? Bueno pues eso es muy fácil de explicar, cuando en México mueren 11 mujeres víctimas de feminicidio, cuando la taza de suicidios de hombres supera por MUCHÍSIMO la taza de las mujeres, cuando vemos que los hombres en general y en todo el mundo mueren antes de las mujeres, y no creo que sea una cosa que tenga que ver con lo que comen o con biología, creo que tiene que ver en demasía con la constante presión que se le pone al género masculino para ser fuerte, independiente, proveedor, líder, ganador, capaz, buen padre, buen amante, buen hijo, buen esposo, buen hermano, buen amigo y SIN QUEJARSE, SIN LLORAR, -eso es para las niñas, eso es para los maricones-
Qué me gustaría que pasara? Que tú, que tienes un hijo, un hermano, un primo, un amigo, conocido, allegado hombre, que ves que sufre porque no puede siquiera estar en contacto con su llanto le aconsejes que vaya a un psicólogo, que le digas, -LLORA CARNAL, DESAHOGATE, ESTÁS EN UN ESPACIO SEGURO- que permitas que las figuras masculinas en tu vida se den la oportunidad de abrir su corazón para que no se les cierre la vida. Tal vez no llorar te haga parecer ante los demás como fuerte, pero está debilitando tu alma.
LLORA, SIENTE, RIE, VIVE. AQUÍ YO NO TE VOY A JUZGAR. Te quiero, bye.
La primera vez que fumé marihuana tenía 22 años, y desde aquella vez tengo contadas tal vez con los dedos de una sola mano el resto de veces que la he fumado. El efecto que tiene en mi es de verdad muy gracioso. Como decimos los mexicanos “se me sube el payaso” y es que me comienzan a dar unos ataques de risa INCONTROLABLES que pueden durar horas. No es algo malo, pero es una experiencia que prefiero que se quede como una que pueda repetirse en pocas ocasiones para poder disfrutarse como debe ser, eso y que en realidad tengo una personalidad intensa que no necesita de mayor ayuda para pasársela bien.
Sin embargo hace unas semanas, estuve de visita en Denver CO. Fui sin mayor plan, a visitar a amigos y resulta que por allá el uso de la marihuana con fines medicinales es legal y hay dispensarios por todo el estado, la persona con la que iba conocía varios de estos lugares y yo tenía muchas ganas de probar un comestible, así que nos decidimos por algo muy pequeño con una baja concentración de THC, una “gomita”, una vez comprado el paquete, salimos del dispensario, y sin más abrimos el paquete para probar, yo debo señalar, soy extremo cobarde para este tipo de asuntos, me imaginé que me iban a pasar muchas cosas y me acobarde de inmediato, pero mi acompañante me aseguró que era una cosa tan pequeña que seguro no sentía nada. Siendo él el experto, me sentí segura, tomé la gomita, la comí y lo primero que salió de mi boca fue un “wow!!! Sabe deliciosa!!!” Y eso fue todo.
Nos dirigimos a nuestro Airbnb y preparamos el carro así como una pequeña maleta para ir a Lost Gulch Lookout, yo me senté en un sillón y pasó por mi mente la primera vez que había probado marihuana y recordé que me daban ataques incontrolables de risa y entonces sucedió… comencé a reírme de manera incontrolable, estaba segura que la gomita empezaba a hacer efecto y cuando entró mi amigo a la habitación me dijo, -Es en serio?, no he sabido de nadie a quien le haga efecto esto de esa manera- y el ataque de risa continuo, cuando subimos al auto, yo ya había perdido todo sentido de la realidad, mi cuerpo se sentía ligero pero mi abdomen me dolía de una manera indescriptible (era la risa) mi lengua comenzó a alentarse y las palabras salían de mi boca con una parsimonia incomprensible para mi. Las ventanas del auto estaban abiertas y mi pelo revoloteaba sobre mi cara pero la lentitud con la que respondía mi cuerpo al impulso de retirarlo de mi cara era tal que cuando por fin lograba tocar mi cara no podía creer lo que sentía, era como si todos y cada uno de los átomos de mi cuerpo eran sensibles y existía un micro espacio entre la piel de mis dedos y la de mi cara. Todo esto me resultaba tan increíble e inexplicable que traté de pedirle a mi amigo me grabara para tener testimonio de lo que me estaba pasando, en mi cerebro las palabras se aglutinaban en inglés pero salían de mi boca en francés, en hebreo, en español, pero el inglés estaba completamente bloqueado, me reía de ello y mi compañero no entendía lo que sucedía, lograba entender cada palabra que me decía en inglés, mi cerebro podía procesarla, contestarla en mi cabeza pero las palabras solo salían en esos otros 3 idiomas y no lograba entenderme.
Para cuando llegamos al mirador, mis piernas no respondían y no podía salir del auto, mi boca estaba completamente seca y en mi cerebro las ideas se aglutinaban; muchas cosas pasaban por mi mente:
Esto es normal?
Imagínate si hubieras comido un brownie o algo más grande
Y si no hubieras estado en un estado positivo en tu vida cómo sería la reacción de tu cuerpo?
Por qué no puedo moverme?
Por qué mi cuerpo no me responde?
Y entre cada pregunta me reía de todo y nada salía de mi boca más que risas. Obtuve ayuda para salir del carro y sentarme en el mirador, mientras mi amigo revisaba el auto que por cierto, se había sobre calentado, yo me sentía súper culpable con él al estar en ese estado tan deplorable y no poderle ayudar en ese momento y ser una carga más que una ayuda, cuando trataba de decírselo el inglés sí fluía y entonces me decía, -no, no, no te preocupes, pensé que bromeabas pero puedo ver en tus ojos que estas completamente fuera de ti, disfruta tu viaje-
Y entonces créanlo o no, comenzó un verdadero viaje, me senté en una banca del mirador y esto fue lo que ocurrió:
Frente a mi, se levantaban las montañas y yo comencé a hablar con ellas dentro de mi cerebro, me contaron la cantidad de años que llevaban en el mundo, lo que se sentía ser una montaña, que cayera la nieve sobre ellas y que los árboles crecieran en ellas y me hicieron sentirlo, me contaron también que iba a nevar pronto y debía poner mucha atención a sus cimas. En un instante me volví transparente y permeable y el viento atravesaba a través de mi cuerpo y me podía elevar como un papalote, sentí como cada uno de mis órganos sintió el viento por dentro y luego desaparecían y me fusioné con toda la naturaleza, me sentí el viento, me sentí lluvia, tierra, árbol, agua, fui todos los colores y después ninguno. Perdí por completo el sentido de la gravedad y todo mi cuerpo se elevaba, mis brazos se movían hacia arriba al igual que mis pies y perdí todo miedo, todo dolor, todo sentido porque era una con la naturaleza, fue hermoso, pero en un momento sentí absoluto pánico, no entendía lo que estaba pasando y agradecía los momentos de lucidez donde efectivamente me puse a grabar todo lo que sentía, olía, probaba y pensaba, me perdía por completo y estos momentos de lucidez se apagaban mientras mi cuerpo volvía a entrar en ese letargo, empecé a sentirme incómoda porque me percaté que había gente viéndome, sabía que probablemente se daban cuenta de lo que me pasaba y procuré meditar, cerrar los ojos fue otro viaje completamente distinto. Me percaté que era total y absoluto vacío y ahí me quedé en la inmensidad de la nada, contemplando la negrura, sentí que me quedé ahí sentada contemplando el vacío por horas enteras, perdí todo sentido del tiempo también.
Estaba oscureciendo y nos fuimos, no sé como llegué al auto, no me percaté del viaje de bajada al mirador, no recuerdo nada desde que la gomita hizo su efecto hasta que logré comer habían pasado 6 horas aproximadamente.
El hambre me invadió y comí hasta el cansancio pero mi cuerpo se seguía sintiendo diferente, de repente mi cabeza se tildaba hacia atrás sin que pudiera regresarla al mismo lugar por algunos segundos y pequeños ataques de risa acompañaban a todos los activos de mi viaje en su camino fuera de mi cuerpo, jamás había tenido una experiencia ni medianamente parecida, ni en un sueño, tal vez en una meditación pero por lapsos muy pequeños, esto, es materia de un tejido indescriptible de desmenuzar y fue fantástico. Pero al igual que aquellos ataques de risa que suelen darme cuando fumo, creo que experiencias tan maravillosas como estas no deben ser abusadas, fue, increíble porque fue único y especial y no quiero sobre escribir en esta experiencia tan bella e irrepetible, fue, lo que fue, en el momento que debió de ser, y ahí se quedará, como el día que perdí el sentido de todo para sentirlo todo, con todos los sentidos y en todos los sentidos.
(La foto adjunta fue tomada por mi en el lugar que tuve la etapa más bonita de mi viaje, y las montañas al frente son esas que describo al final del texto, la banca que ahí se ve es donde me senté a experimentar esa experiencia )
No sé en qué estaba pensando al confundir Malinalco con Amealco, al leer las instrucciones de la invitación y ver que el trayecto sería de 2 horas y media, para mí era el total del la ida del regreso, no 5 HORAS en total! De verdad no sé dónde tenía la cabeza, pero el compromiso estaba hecho, la moto preparada, el lunch en su bolsa, las rodilleras, el casco con el intercomunidador cargado y el tanque lleno de gasolina.
No, no era mi primera salida a carretera, pero sí que era la primera que iba a durar HORAS de ida y HORAS de regreso, la cita, confirmada y a las 7:30 am estaba reuniéndome con las primeras mujeres del convoy. Una rodada aunque mixta, conformada en su gran mayoría por mujeres, mi moto, curiosamente era de las cilindradas más pequeñas 310cc, empezaron a llegar las demás, 800, 1200, 1800cc!!! Empecé a emocionarme!
Cuando ya éramos 7 motocicletas emprendimos la salida al segundo punto de encuentro al norte de la ciudad y solo una moto más tenía la misma cilindrada que yo y de todas solo una tenía la cilindrada más pequeña que la mía 250cc, sin embargo era una moto mucho más alta y se veía imponente una Yamaha Tenere.
Un total de 14 motocicletas, 1 auto, 3 niños 14 mujeres, 3 hombres. Todos desmañanados, completamente equipados recibimos pequeñas instrucciones de seguridad, cada quién aprendió su lugar dentro del convoy y entonces se empezó a hablar de velocidades, 120, 130, 140km/h llegaron a escuchar mis odios, y toda la emoción que había sentido cuando partimos a reunirnos con el segundo convoy se convirtió en total, absoluto y completo MIEDO, no aquel que paraliza, sino ese que te pone alerta. Una de las chicas y su novio se acercaron a decirme -Todo bien?, se te ve preocupada-
Lo que pasa es que sí, esta niña, se daba cuenta que estaba saliendo a rodar por primera vez al ritmo de otras personas y no el que ha tomado cuando se va al valle del conejo o al Ajusco con sus amigos, un máximo de 100km/h mientras piensas en quesadillas y tacos de cecina no se compara con un grupo de 14 motocicletas con 13 pilotos femeninas que llevan su propio ritmo y su ritmo no es para nada al que estás acostumbrada y por 2 horas y media!!!! (solo de ida). Me sentí tan nerviosa que me fui a mi moto, abrí el TopCase y me comí una manzana, si no hacía eso me hubiera comido las uñas hasta quedarme en muñones. Lina se me acercó y me dijo -Muy rápido MoNo?, no te preocupes, yo me voy detrás tuyo y te cuido- Acordamos en la velocidad más baja posible para una carretera como la de Querétaro 120km/h y aunque seguía pareciendo mucho para mi, me sentí segura y entre hermanas, nada malo pasaría. Amén.
¡Salimos! Al principio y estando todas juntas las cosas son mucho más sencillas, las punteras indican todo, baches en el camino, velocidad de crucero, todo, y tú solo tienes que seguir las instrucciones y todo está bien, todo está bien hasta que llegan los trailers. Esas moles enormes que por inercia empujan todo el aire que te tiene contenida y cuando pasan a tu lado te dan un pequeño impulso hacia los lados, tienes que tener TODOS tus sentidos en alerta, mientras la moto ruge y alcanza velocidades a las que jamás la habías sometido, las curvas son otra cosa, otro animal difícil de digerir pero que se va haciendo cada vez más ligero, más sencillo.
Como respuesta a mi miedo y sin darme cuenta, uno de mis hombros estaba completa y absolutamente paralizado, la tensión se apoderó en su totalidad de él y mi clavícula apuñalaba mi cuello, cuando me percaté de esto y traté de relajarme me di cuenta de todas las pequeñas cosas que mi cuerpo hacía para combatir el sentimiento sin que yo terminara paralizándome, las manos completamente cóncavas, sin opción a estirarse, las ingles y espalda baja completamente rígidas, la mandíbula apretadísima, el cuello tenso y los ojos viendo a todos lados, atrás, para ver si me seguían, al frente para seguir a mi convoy, a los lados para cuidarme de trailers y carros que pasaban, cuando me percaté de todo esto, y traté de relajarme me empezó a dar frío, todo el cuerpo temblaba, las manos, las piernas, los brazos. Fue entonces cuando traté de recordar que el miedo también es una protección, todo ese mar de adrenalina protegiéndome de los elementos y manteniéndome alerta, respire, comencé a escuchar más claramente la música que sonaba a lo lejos en mi casco y aunque seguía tensa pasó el miedo y se convirtió en atención, absoluta, total, completa. Empecé a escuchar mi respiración dentro del casco, rítmica y continua, y el camino se volvió mi compañero y todo a partir de ahí fue disfrute.
Cuando la tensión fue reemplazada por atención me di cuenta de lo bello del paisaje, de lo inverosímil que es la campiña mexicana, pero sobre todo de la magia que crea el tener comunidad, una tribu que comparte los mismos sentimientos que tú al mismo tiempo que tú, lo que significa no solo andar en moto sino formar comunidad con mujeres que también son motociclistas y darte cuenta que esa tensión, ese miedo, esa adrenalina es compartida al mismo tiempo y en el exacto mismo espacio en el que tú estás. Todas hemos sentido miedo, todas hemos experimentado historias parecidas porque somos mujeres y amamos la vida en dos ruedas y qué bonito, qué bonito compartir y vencer el miedo… Juntas.
The more time passes by, the more I am convinced why I never had any children. I was raised by and with a tribe of people of all ages and ideas, even different backgrounds: my mother’s mother María and her younger children Maribel, Toño and Alejandro; my father’s mother Quina, her husband Juan; my uncles and aunt Miguel, Carlos, Chavo, Francisco and Lety; and also later on by a family that rented a space to my mom where she had a laundry business. They were the Jaramillos: Mr. Raúl, Mrs. Luz María, Alejandra, Raul and Luz Ma.
None of these people had the same upbringing and ideas, not even the same religion or culture. This made me a mix of all things, which made me “weird.” There was one thing, however, that they all shared, they all knew, they all agreed upon and without realizing, they all left as a heritage for generations to come: MACHISMO!
I really fought this monster my entire life without knowing I was doing so. I never even heard the word “feminist” until I was probably in college, and I thought it was a bunch of lesbian women fighting for their rights. It took me literally a lifetime to understand the cancer that machismo is in our society.
For as long as I can recall in all the houses where I grew up, there was always a motherly figure who would take care of everything around the house -laundry, dish washing, cooking, cleaning, paying the bills on time (with the money given by the men in the family). When a man would come to the house, the women in it would move around like little ants answering to whatever needs he might develop even before he thought of them. It was magical. (For them of course)
When I was well into my teens, and I was at home with my parents, it drove me crazy to know that I needed to set the table so my brother and father would sit there and eat, and then I would have to pick up the dishes so my mother could wash them and put them away when dry. All they had to do was eat and say thank you.
Why was I asked to perform all these roles, and why did my mom also always do them with grace and without hesitation?
When I started dating, my mother would always say, “Agg MoNo, those guys you date. They are such hippies, not paying for your things, not opening the door for you, not asking you to marry them. WHAT IS WRONG WITH YOU?” My answer was always the same, “I work to pay my own bills, Mom! I don’t need a man, a woman or a quimera to do that for me. If so, why am I even working?”
When I experienced my first rape attempt, I didn’t share it with anyone but a friend; first because I felt it was my fault, going out in the street at such an hour, and alone with no money. Then my friend said, “Well, nothing happened to you in the end, so why would you complain about it?” After almost a decade, I shared the story with a group of friends and my mom, and she said almost the same thing and thought the comments were intended to make me feel like it was my fault. Why was I out at that time? Why did I do this instead of that?
My feminist quest didn’t have an exact moment of appearance. Several events triggered it; for example, when I started living on my own at age 22. Back then, in 2002, it was such a weird thing to do as a woman without being married. The quest continued when I started working, and I saw how women treated other women in the workforce. I couldn’t pinpoint it, but the competitiveness didn’t feel «sane;» it felt more like a crazy-ass, winner-takes-all competition. My journey into feminism continued with a set of wonderful women I began meeting along the way. Not only did they show me the importance of my own voice, but also the similarity mine had with their voices, which was further consolidated through the #MeToo Movement. I heard so many women telling stories that resonated with mine. All the memories, all the insults, all the fear, all the pain. All of it started to emerge from inside me and poured out like an endless fountain. It hurt. I cried. Inspired by all those feelings, I created a workshop for women only to learn personal defense. It felt like something I needed to do, but later I also realized that this isn’t a battle for women to fight with fists, but with knowledge and by changing our state of mind.
Later when I found out my brother was going to have a baby girl, I was crying tears of joy, but then I got extremely serious. His father-in-law came over and put his hand on my shoulder and asked me, “MoNo, aren’t you happy you are going to be an auntie?” I got up with tears still rolling down my cheeks and told him, “Happy? No, I feel afraid and extremely responsible for a little girl who is coming into this world. I need to step up my game.” I think he got a bit scared, and he just smiled at me and left.
Still to this day at my parents’ house, all the responsibility falls into a single person’s hands: my mom. But it is very important to state that it falls into her hands because to this day, she still doesn’t ask my brother or father to help with simple tasks like loading he washing machine, doing the dishes, sweeping the floors, or whatever. She has two reasons for this:
She says that they do it wrong.
She would rather do it herself.
But isn’t it funny that if I do it, there’s no problem?
Is this the heritage I would want to leave to my children? Is this the heritage I would want to pass on to my niece? Is this the heritage we as women deserve?
I actually never intended to not to have children because of these issues; but the more time passes, the more these problems surface, and I find myself grasping the real baggage of machismo. I feel like I made the right decision.
I can talk to my niece about all these things, but what I feel I should do – and actually have been trying to do – is share my experiences more openly with my mom, ask her to listen to podcasts that talk about sexuality, machismo and feminism. I’ve taken the responsibility to educate myself, my family and the people I love, in order to live a life that might set an example of what happiness stands for outside the stereotypes of previous generations.
To me, the best heritage for my niece would be to show her that all human beings deserve happiness, and that the pursuit of it is different for all of us. Because of that, her happiness will depend solely on her, on her values, ideals, ideas and faith. Furthermore, I want her to know it’s ok to go against the tide if that is what her heart tells her. That institutions (all of them) should be questioned, and she should make her own conclusions. That going down the road of intelligence rather than conformity is a hard and tortuous one, but that following it does bring the greatest of satisfactions.
Above all, the heritage I want to pass on to my niece is to resonate with the sound of her own voice and femininity. I want to be there for her and for all women and sentient beings that I possibly can be, in the best way I can possibly offer. After all, she’s the future of our race, and she and all the members of new generations deserve better than we had. I owe it to her and to all the women before me. I just hope she understands the importance of it.
En noches como esta, y a estas horas es precisamente cuando más te necesito.
No nos confundamos, por favor, me di cuenta hace un tiempo ya, que desde hace muchos años te necesitaba, igual que tú a mí, como mi confidente, como mi hermano. Eras mi mejor amigo y yo la tuya. Qué difícil no? Darnos cuenta entonces de que era solo la más hermosa de las amistades. Cuántas mentiras y cuánto daño nos hicimos para tratar de conservar algo que no era más que una divina, rara, compleja, una en 7 mil millones, la mejor de las amistades.
En noches cómo esta quisiera tomar el teléfono y llamarte, esas llamadas que duraban toda la noche y llorar, y reír y por supuesto quedarme dormida cuando saliera el sol. Simplemente saber que contaba contigo y que me dieras la seguridad de que todo estará bien porque ya hemos pasado por momentos como estos y hemos salido avantes.
El peor enemigo de nuestra amistad fue el apego, el pensar que algo tan hermoso e inimaginable no solo podía ser eso… amistad, fraternidad, cariño. Qué sencillo nos fue confundirnos y simplemente aferrarnos. Caray! no me lo tomes a mal pero ya no tenía ni siquiera atracción física hacia ti, era solo aferramiento y que daño te hice, que daño me hiciste, que daño nos hicimos.
Magia, también puede ser amistad, la amistad también es amor, insistimos en hacerlo algo más y perdimos toda perspectiva en el camino. Perdimos una amistad única en 7 mil millones.
¡Qué inmaduros!, nos perdimos otro capicúa, un cometa, otro Cosmos, un bebé, el resto de nuestras vidas (aunque ya sabemos que ahí estábamos, en la memoria, en los recuerdos, en la mente, y probablemente ahí sigamos toda esta vida)
En noches como esta, extraño a mi mejor amigo, pero sé que estás bien, me lo dicen mis sueños y nuestras pláticas en ellos. Yo también estaré bien.
Pero en noches como esta precisamente es cuando más te necesito.
… PLEASE COME BACK?
Next life for sure, and we will make it better, my dear, dear friend way better, I promise.