La RAE define responsabilidad como:
Capacidad existente en todo sujeto activo de derecho para reconocer y aceptar las consecuentias de un hecho realizado libremente.
Cargo u oblicación morel que resulta para alguien del posible yerro en cosa o asunto determinado
Llevo ya muchísimo tiempo tratando de escribir esta entrada, no sabía como hacerlo porque iba a recaer sobre mi una responsabilidad que no estaba lista para adquirir, la entrada fue morfando con el paso de los días, las semanas y los meses y dejé de lado la responsabilidad de la que me hice acreedora hasta olvidarme del tema.
En noviembre pasado y luego de mucho tiempo sintiendo el llamado de la medicina logré encontrar un lugar en el que me sentí lo suficientemente cómoda para tomarla. Estoy hablando de la ayahuasca.
Sé que la gente que convive conmigo se imagina que soy una persona muy valiente y que me aviento a la vida sin miedos, pero no hay percepción más errónea de mi que esa. Soy alguien que se debate entre miedos todos los días, TODOS LOS DÍAS, pero no me paralizan, simplemente los trabajo a diario y hago lo mejor que puedo para sobrellevarlos y a veces superarlos.
La medicina, la abuelita, la ayahuasca se me manifestaba en muchas formas, oía hablar de ella en todos lados, en todos los documentales, en todas la conversaciones, con todas las personas hasta que dije. OK! te voy a escuchar! pero toma nota… Tengo miedo, tengo miedo de quedarme en el viaje, que con la personalidad tan intensa que tengo me pase algo que no pueda controlar, que me dejen ahí tirada en el bosque o ahogada en la playa, o que se yo. Si quieres que te tome, ponme a las personas correctas en el camino y lo haré.
Y así empecé yo también a poner de mi parte, hablé con una amiga para vernos para mi cumpleaños y hacerlo juntas porque ella también escuchaba el llamado de la medicina, luego de esa llamada una pandemia colapsó al mundo durante casi dos años. Adiós medicina, adiós ayahuasca. Pero la abuelita es insistente, no te suelta, no te deja, te va guiando por el camino hasta que la tienes en frente y tienes que presentarte con ella. Y así fue como llegue a Watika.
Cuando hablé por teléfono con uno de los facilitadores me habló del Método Watika, un compromiso de un mes previo a la toma de la medicina, que incluía ayuda psicológica, bio descodificación, yoga, meditaciones, ayunos, dieta, llamadas, música, contención, previa, durante y después de la medicina, me habló del conocimiento de todos los facilitadores, de su filosofía, de su caminar y creció en mi una infinita confianza, tomé la responsabilidad de hacer esto sin saltarme ni un día del proyecto, cumpliendo con todas las tareas, haciendo todas la entrevistas, cuestionándome todo y a todo, llevando el proceso de principio a fin con total y completo compromiso, todo ello sobre todo, porque sabía que solo así sentiría un poco de control sobre lo que pasaría el día de la toma, pensando que siendo responsable mi viaje sería el mejor posible.
Pero hice otro compromiso más. Mi viaje sería solo mío, porque solo yo he tenido las vivencias que he tenido, las carencias, el amor, la desolación, las dudas, las respuestas, el deseo y todas las emociones que existen en todos los aspectos y espectros, así que esta entrada no te va a contar cómo fue mi experiencia con la medicina, esa fue solo mía, sólo para mi entendimiento, para mi viaje, para mi sola. Mi experiencia puede sesgar la tuya, si es que tienes el deseo de contactar con la medicina. Esta entrada habla de lo que pasó después de haberla tomado y lo fácil que fue entonces decidir que si alguien más me ofrecía otra medicina y me preparaba medianamente bien todo iría bien, porque yo puedo hacerme cargo de mi cuerpo y de mis emociones sin ningún problema. Que equivocada estaba.
Todas las medicinas ancestrales, todo lo que nos ofrece la madre tierra viene con una enorme etiqueta que podemos o no leer TÓMESE BAJO SU PROPIO RIESGO.
Cuando el Bufo llegó a mi puerta me encontraba enojada, MUY enojada, pero la ayahuasca me había enseñado a entender de donde vienen mis emociones, como trasmutarlas, como entenderlas y de ahí trabajar con ellas, así que se me hizo fácil llegar con un completo desconocido a hacer la medicina más ponente de todas. EL SAPO.
Mi viaje tampoco es para compartirlo con ustedes, el entendimiento y lo que me dio El Sapo fue solo mío y fue perfecto, pero como toda buena medicina viene con una ENORME cantidad de información que sin una preparación previa, durante y posterior a la toma puede resultar contraproducente.
LO QUE PASÓ:
Hay dos grandes diferencias por supuesto entre ambas medicinas, pero todas te dan lo que necesitas trabajar, te abren caminos que tal vez no estés dispuesto a transitar, pero si hay una contención, repito: antes, durante y después, lo más probable es que tu experiencia termine siendo, no mala, sino, todo lo contrario a lo que esperabas.
Existe una ENORME, GIGANTESCA responsabilidad que se adquiere al tomar estas medicinas, pero una mayor responsabilidad por parte de las personas que las facilitan. Debemos saber el linaje de quien trabaja con nosotros, cómo llegaron a saber lo que saben, por qué están en este camino, cómo va a ser el proceso y por qué, que nos resuelvan todas nuestras dudas, que les investiguemos, que sepamos a groso modo lo que estaremos experimentado y como no lo hemos experimentado antes QUÉ DIABLOS SIGNIFICA!!!???.
La medicina no es un juego, se nos puede ir la vida en ello y esa es una responsabilidad de la que no podemos escapar. Entre más sepamos, entre más trabajemos, entre más investiguemos y pidamos referencias al respecto podremos tener una mejor experiencia.
Seamos responsables de todo lo que ponemos en nuestro cuerpo. Por que si no lo hacemos tendremos que vivir con las consecuencias… para siempre, para bien y para mal.
